viernes, 25 de diciembre de 2009

...lo encontró bajo una enorme hoja...

Vytra caminó por el bosque una vez más.
Nada era nuevo para ella, pero todo lo era al mismo tiempo. Los pájaros cantaban diferente en cada nueva visita. Había llovido la noche anterior, por lo que el olor a humedad se esparcía en el bosque entero.
Se sentó en su claro y sacó un libro de entre los ropajes. Pudo ver su auténtica delgadez como sólo ella se permitía verla... y odiarla. Si Iris la encontrara sin alguno de los variados rellenos artificiales que siempre portaba en público, no sólo la regañaría, sino que probablemente caería enferma del disgusto.
Acomodó el libro en el suelo y lo dejó abierto en donde había estado marcado con una flor exótica. Luego se paró, se dirigió al primer árbol en dirección norte y se abrazó a él por un par de minutos con los ojos cerrados, como escuchándolo. Luego pronunció:- Ya suficiente tengo con mis preocupaciones, no puedo cargar con más culpas. Lo besó y se dirigió a leer su libro.
Al cabo de algunos minutos, notó que no avanzaba en la lectura, había algo diferente en los alrededores. Rogó por que no fuera Emeidus, nuevamente con ansias de obtener información sobre Iris. ¿Por qué no simplemente le hablaba?.
Pero no era una persona lo que presentía. Cuando los cantos de las aves cesaron un segundo, pudo oir un quejido lejano.
Guardó su libro nuevamente entre las telas de la cintura, besó la tierra y se echó a correr hacia el lugar de donde provenía el lamento.
Lo encontró bajo una enorme hoja, una "costilla de adán". Era enorme, pero se veía totalmente débil y desprotegido. Y HAMBRIENTO. Sobre todo, hambriento.
Se acercó lentamente a él y lo acarició un poco. Inconscientemente sabía que debía llevarlo a casa... y mostrárselo a Lyra! E Iris... Iris estaría maravillada con la idea de tener una nueva mascota.
Lo llamó con chistidos y, obviamente, el instinto de supervivencia del animal pudo más que todo por lo que la siguió.
No podía esperar a nombrarlo, pero sabía que esa sería una decisión de todas.

lunes, 7 de diciembre de 2009

rodeados de frío (4)

- ahora me toca a mí preguntar
- no. yo soy la que pregunta
- me opongo
- hagamos así, cuando termine la nota te respondo lo que quieras

jueves, 2 de julio de 2009

rodeados de frío (3)

-bueno, a ver como es esto de la entrevista?
- y... para empezar, si no te molesta, voy a hacer uso de una grabadora
-mmm
-solo la voy a escuchar yo para transcribir lo que sea necesario
- y si lo que es necesario no me conviene?
- no voy a escribir nada que no digas o quieras decir
-ok
-bueno... (prende la grabadora). aca estoy con... ¿perdón, como te llamas?
- sidu iuer
-bueno... aca estamos. contame sobre tus poemas
- y... que querés que te cuente? no sé... escribo de vez en cuando, cuando lo siento... y...
-para para para
asi no va, mejor charlemos antes, si? ahora la apago.
¿mejor?
-si, la verdad que si
-contame algo de tu vida
-no
-bueno... entonces contame algo de... no se...
-no. ahora te toca a vos hablar.
-
-estas loca?
-no sé. podría ser dependiendo de como definamos locura...
-por qué estas tan obstinada en hacerme una entrevista a mi particularmente?
-porque creo que tenes algo para decir
- y por que le hablas a alguien a quien no conoces, con quien nunca has hablado?
-porque necesito hacerte una entrevista
-
-
- por qué yo?
- no sé si te has visto en un espejo, pero tu imagen es como para llamar la atencion. digamos que no todos los días te cruzas con largo y empezás a preguntarte cuando va a aparecer dedos.
- jaja que graciosa. ¿y como sabías que escribo?
-no sé si te diste cuenta, pero tiré veinte cosas, ademas de los poemas.
- o sea que estas aca por pura casualidad
- mas bien por suerte, diria yo
- o sea que podría pedirte que te vayas ya mismo
-
-
-es evidente que molesto, perdon por hacerte perder tu tiempo (recoge sus cosas)
- pará, no. no dije que te fueras
-que?
-quedate
-queres que me quede o que me vaya? al final quien entiende a esta gente, hay cada loco dando vuelta
-ya! para un cacho. te cuesta mucho no hacer un escandalo por cualquier cosa?
- creo que si, perdon. ¿asi que lo de la entrevista sigue en pie?
- si
-bueno, entonces me quedo
- no estoy acostumbrado a responder preguntas
-no hay problema, empecemos con algunas facilitas ¿bailas?
-solo vals
- ¿cuantas hamburguesas te podes comer en cinco minutos?
- no se. supongo que llegare a media
- a que tenes insomnio.
- que? sos bruja ahora?
-no, lo que pasa es que se nota que esas ojeras no son maquilladas y, ademas, escribis.
- sherlock
- cuantos libros hay en tu casa?
- demasiados
- preferís el día o la noche?
- esa pregunta es obvia
- sabes tocar algun instrumento?
- piano, guitarra, violin
- llorás cuando la gente se muere?
-no, lloré cuando se murio mi perro y cuando un artista muere
- cual es tu cuadro favorito?
- la ronda nocturna
- a cuantas chicas has besado?
- pocas
- cuantas?
- dos
-
-
-ves que sos bueno contestando preguntas?
__________________________

rodeados de frío (2)

entraron en la casa más pulcra que ella hubiera visto.

- te sirvo café?
-ehm... si, dale
__________________________

rodeados de frío (1)

Ella iba en busca de una entrevista y él apareció cojeando, demasiado alto para ser verdad y cubierto con un tapado negro e infinito.

-hola
-
-hola, te dije
-si pero a mí no me obliga nadie a contestarte
-¿te conosco?
-eso debería preguntartelo yo a vos, que fuiste la que me empezó a hablar
-no, no tiene nada que ver... en serio... ¿te conosco?
-no creo
-¡ah! ya sé te vi hace como medio año... pasaste por la parada del 30
- ¿y? por qué yo tendría que reconocerte de una vez en una esquina
- lo que pasa es que vos pasate justo enfrente mío y te vi, pero yo quedé al lado tuyo y no me viste.
- mirá vos
-bueno, es verdad, al fin y al cabo no es importante. ¿te interesaría ser entrevistado?
- estás loca
-¿por qué? necesito entrevistar a alguien y vos estás otra vez enfrente mío.
- ah si... claro... ¿y sobre qué se supone que va a ser la entrevista?
- no sé sobre cualquier cosa de la que quieras hablar
- dejá de joder, ¿si?
- qué, acaso me vas a decir que no hay nada que quieras hacerle llegar al mundo?
-
-dije algo interesante que dejaste de caminar?
-¿sobre qué es la revista?
- es de entrevistas
- a quienes?
- a gente que quiera dejar un mensaje para el resto
- no (comienza a caminar de nuevo)
- ¿por qué no?
- me cae mal la gente famosa
- no es a gente famosa. vendría a ser como una especie de autoayuda, de filosofo-sociología mezclada con calle, con vida
- no soy de la calle y no me siento particularmente identificado con la vida
-pero respiras y caminas. y bastante rápido debo decir
-
-en serio ¿me dejás hacerte una entrevista?
- no, te dije que no
-no te vayas
-
-acaso no hay nada importante que tengas para decir? un consejo, una anecdota, una experiencia, una frase... ALGO!
- (cada vez más lejos)
- un poema?
- (se detiene pero no se vuelve)
- así que me cruzo con poetas en la parada del micro.
-
-está bien ¿me vas a dejar hacerte una entrevista y publicarte algun poema?
-vemos
-eso es un buen comienzo. conoces algun bar o algo por acá? no es por nada, pero caminas muy rápido y no creo que pueda preguntar si no tengo aire
- si te alcanza para dos pasos más, a lo mejor aguantas hasta mi casa
_________________________

jueves, 8 de enero de 2009

...lo sé...

-sos muy desconsiderado.
-sí, lo sé.

domingo, 4 de enero de 2009

... las lágrimas renacieron en sus ojos...

Iris se encontraba tendiendo la ropa. Después de tanto tiempo comenzaba a preguntarse si eso era suficiente. Si no había nada más alla de lavar, tender y planchar, nada más que las labores que le habían sido encomendadas.
Se preguntaba por qué ella debía cuidar de la casa mientras Esmeralda "se entregaba a los hombres del pueblo y gozaba de un placer infinito" (según palabras de la propia Esmeralda). Por otro lado no entendía qué podían tener de interesante los hombres del pueblo, siempre tan cerrados. De niños nunca habían querido jugar con ella, tenían cosas más importantes que hacer. Pero ahora se pasaban el tiempo con la responsable de su responsable y no tenían problema con ello.
Estaba tan perdida en sus pensamientos y en su labor de tender la ropa de diez mujeres, incluyéndola, que no vio a Emeidus cruzar la cerca. No lo notó ni siquiera cuando lo tuvo enfrente. Hasta el momento en que recibió un "hola" demasiado sorpresivo que la hizo arrojar el corset viejo y desgastado de Lamia y dar un respingo.
-Perdón, te asusté.
-¡No! Más bien sí... pero fue culpa mía, está bien.- le contesto mientras levantaba la prenda para luego observar la mugre con un extraño gesto de desaproación.
-Veo que estás ocupada. ¿Te ayudo?
-No, no. Gracias, pero puedo sola.
-Bien. ¿Cómo ha estado tu día?

-Bastante ocupado a decir verdad. Me levanté muy temprano para preparar el desayuno, bueno, eso al fin y al cabo lo hago lo hago siempre; pero Vytra no se siente bien, así que no pudo lavar...- Iris continuó hablando por un rato largo, captando la total atención de Emeidus. Aunque este no tenía ni idea de qué era lo que le estaba diciendo la joven. Más bien, estaba bastante ocupado contemplando su blanca sonrisa (inmune a la pronunciación), también sus ojos y su figura, y sus rubios y ondulados cabellos extremadamente largos que él tanto adoraba.
Los ojos de ella se clavaron en los suyos por un momento. ¿Por qué lo estaba mirando? ¿Acaso ella lo amaba de la misma forma que él? No. Se estaba enfrentando a algo serio. La joven estaba moviendo la boca y mirándolo al mismo tiempo. Preocupada, comenzó a acercársele.
-¡Emeidus!¡Emeidus! ¿Estás bien?
Salió repentinamente de su ensimismamiento y atinó a contestar
-Sí... Sí, estoy bien, no ha pasado nada.
Iris suspiró aliviada.
-Vamos adentro, si te desmayás no voy a poder cargarte a un lugar cómodo dónde esperar al doctor.
-¡Pero niña! Los hombres como yo no se desmayan, eso es cosa de damas y jovencitas enamoradas.
-Sí, supongo que también lo es perder el conocimiento en medio de una conversación. por favor, entremos.-
remató entre ofendida y cordial.
En la cocina Emeidus recibió un vaso de agua y la promesa de un lemon pie. Pero se había propuesto algo para ese día; sentir su piel, su calor. No perdió el tiempo y ni bien ella se dio la vuelta para cortar una porción del manjar se le acercó por atrás, la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo. Iris nunca había sentido algo semejante. Escalofríos la recorrían entera y sabía que lo que Emeidus estaba haciendo era inapropiado (a pesar de que no tenía muy en claro por qué) pero no se sentía amenazada de ninguna forma y se quedaron así en par de minutos.
Ella totalmente desconcertada, presa de su inocencia y él con los ojos cerrados, con su amada entre sus brazos, probando el paraíso.
Pero todo momento debe tener un final y este lo tuvo cuando se oyeron los estornudos de Vytra a metros de la puerta de la cocina.
Él debió abrir los ojos. Ella se soltó de entre sus brazos y llevo el postre a la mesa. Él volvió a la realidad con un suspiro de resignación.
Vytra entró en paños menores, no se suponía que Emeidus estuviera allí. A pesar de todo la única en hacer alboroto e insistir en que se cubriera con algo más que su enagua (que solo le llegaba a los tobillos) y su camisa de dormir fue Iris.
-Buenos días- se dirigió Vytra a Emeidus, tendiéndole la mano a forma de saludo (como solo debía hacerse entre caballeros) y haciendo caso omiso de las exclamaciones de Iris.
Él le respondió mecánicamente con un fuerte apretón. Pero en realidad no podía pensar en las formas correctas o incorrectas, simplemente se había quedado pasmado. Era la primera vez en su vida que veía una enagua. No creyó que ese momento fuera a llegar tan pronto. Y definitivamente nunca hubiera podido imaginar que la primer enagua que vería sería la de Vytra.
-Muy bien Vytra, en vista de que no importa lo que pueda decirte, dejaré de intentar hacerte entrar en razón.
-Querida, no te ofendas, pero no veo un problema en que nuestro invitado vea mi cuerpo cubierto de pies a cabeza, como acostumbra verlo.
-Yo sí lo veo. ¡Claro que lo veo! ¿Sabés por qué tu ropa interior es blanca y los vestidos de color? Porque los vestidos fueron hechos para lucirse, para que se vean y la ropa interior para estar oculta. De hecho, es por algo que se llama "interior". Además la enagua va por debajo de la falda y no debe verse, eso ya de por sí implica que la enagua debe ser más corta, por lo que no estás igual de cubierta que de costumbre.-
Vytra apenas puedo contener la risa ante las declaraciones de su "compañera asignada" y amiga. -Como verás, Emeidus, mi amiga tiene cierto desdén por las reglas.
Por supuesto que no! Es solo que pienso que son anticuadas. Es necesario renovar las normas sociales para hacerlas más practicas y acordes a nuestra propia sociedad.
-Yo creo que sí tienes un gran problema con la autoridad y con la sociedad. Sinó explicame por qué te pasas el día entero perdida en el bosque. ¿Que puede tener de entretenido eso? ¿O es que acaso solo buscas pescarte una neumonía para dejarme sola en este mundo?-
las lágrimas renacieron en sus ojos, como cada vez que salía el tema de las constantes enfermedades de Vytra.
Ambas compañeras se abrazaron con un comprendimiento mutuo de sus situaciones y realidades. Emeidus se quedó sentado observando la emotiva escena de la que parecía no formar parte, de la que lo habían eliminado bochornosamente. Pero eso parecía no importarle. Se quedaría allí un rato más viendo los sentimientos de su amada aflorar en forma de lágrimas. Queriendo abrazarla y contenerla él también, pero sólo quedándose quieto.
Cuando surgiera el nuevo optimismo de las compañeras y viniera el momento de las buenas anécdotas él se disculparía por marcharse, agradecería la atención y se despediría cordialmente antes de volver a su trabajo.